¿Te ha tocado perdonar a alguien en algún momento de tu vida? ¿Quienes te han herido, roto, decepcionado o traicionado?
Estoy segura que a cada una de estas preguntas, tienes una respuesta y que todos hemos tenido oportunidades de perdonar.
Sí, a veces nos hacen doler y en ocasiones puede ser que nosotros de alguna manera u otra hagamos doler a otros. No sé de que lado sea mas agradable estar o se sienta “mejor”, pero sé que ambas son posturas muy difíciles. ¿Cuál es tu caso querido lector? En mi vida, me ha tocado perdonar muchísimas veces y muchas de las veces a una misma persona. Y si soy sincera contigo, lo mas difícil es hacer eso una y otra vez.
¿Por qué? Realmente cuando alguien nos falla o simplemente nos hiere, no pensamos que lo volverá hacer pero pasa, aunque no todos los casos son iguales; perdonamos, olvidamos o lo intentamos y cuando menos lo piensas ¡otra vez nos pasa! ¿Te ha pasado a ti?
Pues me identifico contigo en ese sentir y en ese sentimiento de frustración, soledad y tristeza que embarga nuestros corazones.
Perdonar es decidir no tomar venganza por una ofensa hecha a nuestra persona. Es liberar a alguien mas o tal vez sea a nosotros mismos. Y por último y no menos importante, perdonar no significa que no recordaremos ese incidente o momento, sino que puedes en cierto punto soltar para seguir hacia delante. Perdonar demuestra un grado de madurez en la persona. Y esa madurez se muestra controlando nuestras emociones, esa ira y resentimiento impulsiva. También porque reconocemos que nadie es perfecto y que nosotros podemos errar algunas veces. Además, de dar espacio para una reconciliación entre ambas partes. Mantener un vínculo saludable es bueno tanto para el ofendido como para el ofensor que son las partes involucradas.
Dios es una perfecta ilustración sobre el perdón, que aunque no nos lo merecíamos, Él dio su vida por amor por cada uno de nosotros. Quién mas perdona, mas ama y Dios nos ama y nos ama mucho. Y esto también puede ser difícil de entender, tal vez no cabe en el razonamiento humano, pero hoy quiero que sepas que eres amado por el amado: JESUS. ¡Sí!, Él te ama con amor eterno. ¿No lo puedes creer? Mira, la Biblia nos dice en 1 Juan 4:10 “En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amo a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados“.
Decide hoy amar y bendecir a quienes no te desean bien, suelta y da gracias al Señor que en cada paso y proceso de tu vida, porque Él nos hace crecer a través de estas experiencias. Si no lo haces, quedarás mas atrapado que la persona que te lastimó. “Pero ustedes que me escuchan les digo: amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los maltratan“. Lucas 6:27-28
Esto son palabras textuales de Jesús.
Espero que hayas decidido perdonar en tu corazón a aquella persona cual nombre ha estado en tu mente mientras has estado leyendo mi blog en este día. ¡Hoy es tu día de libertad!